Ayer se inauguró en el Teatro Degollado la temporada 2015 del Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Entre vestidos llenos de colorido, música típica de cinco regiones y un escenario mutable a las luces y los adornos que fungían como escenografía, el programa inició con la Danza de los Quetzales.
La gala que inició a las 10 horas presentó a 18 parejas de bailarines quienes hicieron un recorrido por Chiapas, Nayarit, Michoacán, Yucatán y Jalisco. La primera parte dio prioridad a dos estados y resaltó el conocido Baile de los Machetes.
Además, para acompañar al ballet, se presentó el coro-agrupación alterna que forma parte del conjunto de baile y cuenta con 14 parejas. La presentación contó con mariachi en vivo, un conjunto de cuerdas y de percusiones, y banda yucateca.
El próximo año el Ballet Folclórico de la UdeG cumplirá 50 años, pero hasta 2017 se apreciará una temporada completa de esta agrupación que ya se ha presentando en Europa, en Dublín y Cardiff, además de haber recibido reconocimientos nacionales e internacionales.
Los estados
Hacer un tributo a la música representativa de cada estado fue un reto para el Ballet Folclórico, pues además de aprender las elaboradas coreografías, el vestuario y la música debieron compaginar para la ejecución del espectáculo. Además, cada región desprende sus tradiciones de ciertas costumbres que fueron estudiadas y analizadas por los directivos de la agrupación.
Las tradiciones de Chiapas proceden de las raíces indígenas y españolas, así como de su integración. El instrumento más representativo es la marimba y se debe a la cultura africana, misma que tiene presencia en el estado.
En Nayarit las danzas suelen acompañarse por un conjunto de cuerdas; la festividad se mezcla con la “rivalidad” entre los participantes, dando por resultado el baile característico del faldeo de las mujeres en forma de abanico y el zapateado sincopado, así como el macheteo de los hombres que evoca a la estilización del corte de la zafra.
Danzas propias de las fiestas mayores, las pirecuas, valseado y el zapateado abajeño simbolizan con gran belleza las tareas del campo y las actividades pesqueras de Michoacán. Mientras que en Yucatán es una fiesta característica que toma su nombre de los trabajadores de hacienda; su estilo musical se caracteriza por el son maya influenciado por música española.
Jalisco celebra sus fiestas tradicionales con mariachi, además se bailan y cantan sones y se bebe tequila. Los estribillos de el Son de la Negra o el Jarabe Tapatío, son invitaciones ingeniosas al cortejo del varón por la mujer y son muestra también de excepcional creatividad de los jaliscienses.
Foto: Jairo Martínez
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